martes, 1 de mayo de 2012

PUNTOS PARA LAS HERIDAS


La escritura del olvido pertenece a los ángeles,
dicen que primero se debe sentir un puño en el corazón
para sacar los sueños más asiduos;
al pasar ese primer dolor,
los recuerdos dejan de tejerse en la memoria
y uno que otro encuentro comienza a cultivar la esperanza.

Las lágrimas no siempre son las mejores invitadas,
pero dicen, los que saben, que nada se saca del alma
sin esa música celestial de la sabia que emerge por los ojos.

Después hay que escuchar aquellos temas de fondo,
las pistas que adornaban los momentos,
para afinar el oído al primer rumor de la mañana
y saber que tres pasos sobre las hojas secas,
siempre son el anuncio de un buen adiós.

El día en que menos lo quieras,
la amnésica magia te hace oír su voz diferente;
ya no sientes ese sufrimiento en las mañanas
y la aurora boreal comienza a tocar tu piel.

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