sábado, 30 de agosto de 2008

FINA ESCULTURA

Sigues inmóvil,
con tus senos quietos y parados,
con tu rostro firme
y con la misma expresión.
¿No te cansas de ser siempre el fino retrato del alma de algún escultor?
Sigues quieta y me gustaría que respiraras,
que soltaras tus cabellos
y arrojaras contra el mármol que te sostiene,
tu cántaro de agua.
Como me gustaría que te movieras un poco
y dejaras ver que tu pecho
no es tan firme como parece,
tu rostro también hace muecas.
Como me gustaría ser tú
y que tú fueras yo por unos instantes
para escuchar intrépidas
y quizás atrevidas conversaciones.
Para contemplar el mundo
desde tu trono de eterna,
para olvidar que a mí el tiempo
sí me cambia, los pechos se me caen,
el rostro se me envejece,
la vida,
rápidamente me pasa.

1 comentario:

El Chalo dijo...

Quiero expresar que me fascina este poema, porque aporta mucho sobre la comprensión de la existencia y de los cambios que debemos sufrir la mayoría de personas antes de morir. Además me encanta la forma como nuestra joven escritora en marca sus sentimientos y con agudeza describe la belleza. Para mí es un genio de escritora y un orgullo caldense.