miércoles, 6 de abril de 2011

III


He decidido responder tu carta Manuela, ahora que sé lo que significaste en mi vida tengo tantas certezas. Amarte fue una bella melodía, un paisaje como esos de los almanaques grandes. Nuestros perros, los sueños juntos, los paseos por toda la ciudad, inevitablemente ha sido difícil olvidarte, más cuando me encuentro con tu recuerdo en el espejo festejando alguno de mis chistes. Te parecerá curioso pero tu cuerpo en mi cama dejo una huella indeleble que aún me sigue doliendo en el alma, cuando tengo miedo en las noches la acaricio como una forma de no dejarte partir. Siempre sueño con que vuelves, los días grises y lluviosos son los que más me hacen recordarte, porque eran los que más te gustaban, te recordaban la ciudad de tu infancia. Muchos de mis amigos preguntan por ti y hasta el tonto de Andrés piensa que volverás. Les he dicho que no es tu culpa. Ahora sé que no hice nada para detenerte. No te miento si te digo que no quiero perderte o perder la ilusión de volver a tenerte entre mis brazos, pero debes saber que soy consciente de lo mucho que te cuesta volver, sería como negarte a ti misma y dejar todo lo que eres por mí. No valgo eso Manuela, sé que no dudarías en pagarlo, pero tienes que entender que entre todo lo que vivimos me enseñaste a amarte siendo libre y a saber que mereces la bella ayuda del viento para extender tu vela y ser un ángel de luz. Vuela sin mí pequeña, entenderás al fin entre caracolas lo que es el amor. Sabrás que no hay un hombre o una mujer que te limite, sabrás que eres viento, música, poesía y la más bella escultura de un ave que vuela matinalmente. Ahora hay una nueva ilusión en mi vida y he comprendido al fin lo que vale soñar. Para mí, siempre serás la mujer que me cambió la vida y me hizo crecer como nadie. Al final no hubiera funcionado, somos de naturaleza tan distinta y quizá tan similar que amarnos puede resultar contraproducente. Con respecto a quien llegue, dale su tiempo, él también aprenderá a amarte así sin límites, sin las presiones de una vida a su medida o contenida por sus miedos. Finalmente resolverá sus asuntos pendientes y valorará como nadie el haberte conocido. Él sabrá que por más que te vayas siempre regresarás para amarlo, porque te amará de verdad, y eso tú lo valoras; yo también lo hice, pero no con la aceptación de tu esencia, ni con la comprensión de lo que eres, por eso a mí no volverás. Adiós amor, borra esa cicatriz de tu mirada y contempla las luces de la ciudad con unos nuevos ojos, ya no hay diciembre con caminatas cogidos de la mano mientras nos abrazamos a las campanitas de las tiendas, ya no hay días de sol mirando el cielo juntos en el parque que tanto amabas, ya no hay música de fondo en nuestras vidas, hiciste todo lo que estaba en tu corazón para preservar lo nuestro, pero la vida no falló a nuestro favor, no llores más pequeña musa. Abre los brazos al nuevo amor, el verdadero amor, el eterno amor, que pronto llegará a tu vida. Besos, Li

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