miércoles, 6 de abril de 2011

IV


Perdóname petite Li, mi intensa manera de amar nada tiene de acertada. Con el tiempo te he amado más, son tantos los recuerdos que tienen todo lo bello de tus ojos, que mi sonrisa se ha limitado a aquellas polaroids de nuestros días felices.
Recuerdas como recorríamos la ciudad en aquellas noches de diciembre donde las luces tenían el ritmo de los bellos villancicos, las veces en que después de amarnos una noche entera en aquel hostal barato caminábamos a casa y tantas veces en que te sentaste en las escaleras de la entrada, sólo para esperarme.
Para mí ha sido bello tener esos momentos en mi mente. Son como las eternidades que le he robado a la vida, también he guardado las miradas insinuantes, tus intentos de robarme besos y las noches en que conversábamos sin límites en aquellos columpios.
Creo que en tu casa olvide algunos libros, pequeños pedazos de papel con poesías y sobretodo mi alma, no he podido volver a sentirla desde aquella última vez en que me fui sabiendo que no regresaría y te deje con la esperanza de verme regresar.
Mi petite, a veces tengo dudas de mi decisión y me falta un poco de fuerza de voluntad para no buscarte. Nuestro mundo no tiene tiempo, ni espacio, siempre estaré para ti y sabrás que me sentiré feliz de recibir noticias tuyas.
Cuida los perros, las ilusiones, los sueños. Enamórate y hazme saber cuando al fin encuentres alguien por quien quieras vivir.
Manuela

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